Mi pensamiento pareciera querer regirse por un personal principio que se me figura como mitad de incertidumbre y mitad de fatalismo. Mitad de fatalismo, porque me desazona gravemente el incesante tráfico de manidas certidumbres maquilladas de «pensamiento» que atosigan el día a día, y hallo aquello sin remedio. Y no me refiero a las pequeñas […]